Cuando pensamos en hacernos un traje de flamenca buscamos entre una infinita gama de telas de tradicionales lunares, con nuevos estampados, florales o lisas. Elegimos la tela que más nos gusta, nos favorece o que sea de temporada.
Una vez elegida la tela con la que daremos forma a nuestro traje, elegiremos cuidadosamente los elementos que nos ayudarán a completar el look como la flor, los pendientes, el mantoncillo y cómo no, el adorno que le pondremos a los volantes. Y es que para mí éste es un complemento más. Lo considero indispensable porque forma parte de la esencia del traje mismo y algo a lo que hay que prestar la atención que merece. De él dependerá que realcemos, demos alegría y distinción a nuestro vestido. Creo también que, atendiendo a las preferencias de cada una, sea cual sea el adorno que queramos no debe faltar en nuestro traje. Desde mi punto de vista es casi una cuestión de equilibrio, no debemos caer en el exceso ni en el defecto (un traje sin adorno es un traje sin terminar, salvo contadas excepciones).
Cada temporada aparecen nuevos detalles o bien se reinventan elementos tradicionales con los que adornar nuestros trajes. En mi opinión éstos pueden ser una buena opción a tener en cuenta para ir acorde con las tendencias predominantes. Pero yo apuesto por los detalles clásicos al filo del volante, encajes y tiras bordadas. Creo que la elección de bolillos o tiras bordadas es siempre un acierto. Dan a nuestro vestido un toque infalible de elegancia a prueba de modas. Además contamos con una gran amplitud de modelos y tamaños que pueden ajustarse perfectamente al diseño que hemos escogido.
En los últimos años hemos podido ver cómo los adornos en todas sus variedades cobraban protagonismo. Los trajes de flamenca, sobre todo en los canasteros, se llenaban de encajes, madroños, pasacintas y terciopelos, entre otros. Éstos suelen dar un cierto aire renovado y vintage a la vez y en otras ocasiones, dependiendo de la combinación de tejidos logramos un cierto aire hippie. Esta tendencia a la profusión de adornos continúa teniendo vigencia. Prestaremos atención a las propuestas de los grandes diseñadores, aunque finalmente la sencillez o el recargamiento, el clasicismo o la innovación son al final una decisión personal de cada una de nosotras.
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