“Si crees en los sueños, ellos se crearán”, así
subtitula Albert Espinosa uno de sus libros, El mundo amarillo. Toda una defensa del optimismo y una verdadera
incitación a buscar aquello que nos haga sentir, vibrar, vivir.
Pues mucho de esto impregna mi trayectoria
profesional. Un continuo aprendizaje lleno de ganas, ilusión y sacrificio que,
cuando menos lo esperaba, vio florecer todo su esfuerzo y su dedicación
convertidos en mi primera colección de flamenca, convertidos en “Como yo te
quiero”.Después de muchos años dedicados a manejarme entre telas, agujas y
patrones y comentando, además, todas las novedades de los grandes eventos de la
moda flamenca a través del blog “Yo soy una flamenca ye-yé”, no me conformaba
y, como inconformista que soy, decidí dar un paso más allá y ampliar y
perfeccionar mis conocimientos en diseño y patronaje de moda flamenca. Es
entonces cuando empiezo a recorrer el camino que me llevará a cumplir uno de
sus mayores deseos profesionales.
El 2019 se ha convertido en un año fundamental
en mi trayectoria profesional y personal. La de este año ha sido una temporada
de inflexión en lo personal, ya que no es fácil romper con los miedos, llenarse
de valentía y meterse de lleno en el mundo del diseño de moda flamenca. En lo
profesional, ha sido realmente gratificante vencer esas barreras y poder
aprender, perfeccionar y disfrutar de lo que realmente me gusta.
Han sido nueve meses de intenso aprendizaje, en
los que he podido renovar y ampliar todo lo que tiene que ver con dar forma al
traje de flamenca. Pero a pesar del esfuerzo que ha supuesto, han sido nueve
meses de intensas emociones, porque cuando uno disfruta con lo que hace el
sacrificio se hace más llevadero. Para ello he contado con una maestra de
excepción, Patricia Márquez, fundadora de “Patronista Flamenca” que, como
profesora en la Escuela de Moda de Huelva, apoyó desde el primer momento mi
proyecto. Desde aquí tengo que agradecer los ánimos y la confianza puestos en
mí para que siguiera siempre adelante, siguiera persiguiendo mi sueño.Tan
intensos fueron esos meses perfeccionándome en la Escuela de Moda de Huelva que
pasé de preparar un desfile final de curso a verme concursando en un certamen
de diseñadores. De aprender nuevas formas y nuevas técnicas a ponerlas en
práctica en mis propios diseños.
Y de pronto, allá por el mes de enero estaba
embarcada en toda una aventura, la de participar en la primera edición del
concurso de jóvenes diseñadores de la pasarela “Holea y olé” en Huelva.
Crear una colección era lo que siempre había querido
y no pensaba que llegaría o al menos, no de esta forma. Pero como en la vida
todo tiene su tiempo y las cosas siempre pasan por algo, el momento era ese.
Crear una colección era también expresar qué era para mí la moda flamenca, cómo
me sentía entre volantes y mostrarlo al público. Esa es la base de mi primera
colección; qué es para mí la moda flamenca.
Pintar bocetos fue fácil porque tenía claro lo
que quería mostrar. Elegir los tejidos fue todo un disfrute porque los lunares
nunca defraudan. Pero había que ponerle nombre a aquella amalgama de
sentimientos, ideas y trabajo. Como suele pasar en estos casos, surgen en las
ocasiones menos pensadas. ¿Quién no ha encontrado en una frase de una canción
la respuesta a lo que sentía? Ese es quizás el inmenso valor de la música, todo
lo que es capaz de transmitirnos. Pues ahí estaba la respuesta que buscaba.
Puede que la canción “Deja que te bese” de Alejandro Sanz y Marc Anthony no sea
la banda sonora que esperamos ver oír en un desfile de moda flamenca, pero en
ese momento, mientras cosía en el taller, fue toda una revelación. “Como yo te
quiero” eso decía la canción y eso era justo lo que estaba haciendo con la
colección. Los diseños que había dibujado y a los que ahora me encontraba dando
forma expresaban eso mismo; como yo quiero la moda flamenca, como yo quiero que
sean mis flamencas, como yo me siento vestía de flamenca.
El tiempo pasa volando y más aún cuando estás
haciendo lo que te gusta y sin darme cuenta llegó el momento de que “Como yo te
quiero” viera la luz. Una mañana de nervios, de carreras, pendiente a los
detalles para que nada quedara al azar, pero a la vez tremendamente ilusionada.
Nunca antes había participado en un certamen de estas características y las
sensaciones que produce son difíciles de describir. Obviamente, cuando alguien
se presenta a un concurso siempre valora con ilusión la posibilidad de ganar e
invierte energías en ello que, en la mayoría de los casos, le impiden disfrutar
de lo verdaderamente importante como es ver el trabajo realiza, todo el
recorrido hecho. Porque casi siempre lo importante del viaje no es la meta,
sino el camino y eso era lo que había que disfrutar.
Vestidas las modelos y todo preparado, “Como yo
te quiero” se hace realidad. En la pasarela de “Holea y Olé” aparecen flamencas
con aires añejos, cortes vintage e infalibles lunares. Aparece una flamenca que
bebe de la tradición, pero que sabe resurgir cada primavera con formas renovadas.
Los tejidos clásicos como el popelín se mezclan con tejidos con brillo como el
raso o fluidos como las gasas. Las nesgas abiertas, los vuelos amplios y los
volantes de capa son, para mí, esenciales en la moda flamenca, la de antes y la
de ahora. “Como yo te quiero” puso en la pasarela a una flamenca que siente lo
que lleva puesto y que se divierte vestida de flamenca. Una flamenca que sabe
renovar sus formas, por ejemplo; en mangas y complementos, sin perder la
esencia. Colores vivos y lunares, muchos lunares, ya sean negros o de color,
eran indispensables para mí.
Ha sido una enorme satisfacción y la mejor
recompensa al esfuerzo que esto supone que, “Como yo te quiero”, la primera
colección que ofrezco a un público que cada vez es más exigente y mi primera
incursión en el difícil mundo de la moda flamenca, tuviera tan buena aceptación
y tan buenas críticas de quienes la vieron.
Esto tenía lugar el pasado mes de febrero y aún hoy me sigue reportando
alegrías. No puedo finalizar esta crónica de un sueño sin acordarme de todas
aquellas mujeres que han confiado en mis propuestas, en mis ideas y en mis
manos para disfrutar del traje regional más bonito que existe, de una prenda
tan maravillosa que con solo vestirla nos hace vivir momentos inolvidables. Gracias
de todo corazón porque gracias a vosotras nació “Como yo te quiero”.