martes, 6 de agosto de 2019

Como yo te quiero.


“Si crees en los sueños, ellos se crearán”, así subtitula Albert Espinosa uno de sus libros, El mundo amarillo. Toda una defensa del optimismo y una verdadera incitación a buscar aquello que nos haga sentir, vibrar, vivir.



Pues mucho de esto impregna mi trayectoria profesional. Un continuo aprendizaje lleno de ganas, ilusión y sacrificio que, cuando menos lo esperaba, vio florecer todo su esfuerzo y su dedicación convertidos en mi primera colección de flamenca, convertidos en “Como yo te quiero”.Después de muchos años dedicados a manejarme entre telas, agujas y patrones y comentando, además, todas las novedades de los grandes eventos de la moda flamenca a través del blog “Yo soy una flamenca ye-yé”, no me conformaba y, como inconformista que soy, decidí dar un paso más allá y ampliar y perfeccionar mis conocimientos en diseño y patronaje de moda flamenca. Es entonces cuando empiezo a recorrer el camino que me llevará a cumplir uno de sus mayores deseos profesionales.




El 2019 se ha convertido en un año fundamental en mi trayectoria profesional y personal. La de este año ha sido una temporada de inflexión en lo personal, ya que no es fácil romper con los miedos, llenarse de valentía y meterse de lleno en el mundo del diseño de moda flamenca. En lo profesional, ha sido realmente gratificante vencer esas barreras y poder aprender, perfeccionar y disfrutar de lo que realmente me gusta. 


Han sido nueve meses de intenso aprendizaje, en los que he podido renovar y ampliar todo lo que tiene que ver con dar forma al traje de flamenca. Pero a pesar del esfuerzo que ha supuesto, han sido nueve meses de intensas emociones, porque cuando uno disfruta con lo que hace el sacrificio se hace más llevadero. Para ello he contado con una maestra de excepción, Patricia Márquez, fundadora de “Patronista Flamenca” que, como profesora en la Escuela de Moda de Huelva, apoyó desde el primer momento mi proyecto. Desde aquí tengo que agradecer los ánimos y la confianza puestos en mí para que siguiera siempre adelante, siguiera persiguiendo mi sueño.Tan intensos fueron esos meses perfeccionándome en la Escuela de Moda de Huelva que pasé de preparar un desfile final de curso a verme concursando en un certamen de diseñadores. De aprender nuevas formas y nuevas técnicas a ponerlas en práctica en mis propios diseños.




Y de pronto, allá por el mes de enero estaba embarcada en toda una aventura, la de participar en la primera edición del concurso de jóvenes diseñadores de la pasarela “Holea y olé” en Huelva.

Crear una colección era lo que siempre había querido y no pensaba que llegaría o al menos, no de esta forma. Pero como en la vida todo tiene su tiempo y las cosas siempre pasan por algo, el momento era ese. Crear una colección era también expresar qué era para mí la moda flamenca, cómo me sentía entre volantes y mostrarlo al público. Esa es la base de mi primera colección; qué es para mí la moda flamenca.



Pintar bocetos fue fácil porque tenía claro lo que quería mostrar. Elegir los tejidos fue todo un disfrute porque los lunares nunca defraudan. Pero había que ponerle nombre a aquella amalgama de sentimientos, ideas y trabajo. Como suele pasar en estos casos, surgen en las ocasiones menos pensadas. ¿Quién no ha encontrado en una frase de una canción la respuesta a lo que sentía? Ese es quizás el inmenso valor de la música, todo lo que es capaz de transmitirnos. Pues ahí estaba la respuesta que buscaba. Puede que la canción “Deja que te bese” de Alejandro Sanz y Marc Anthony no sea la banda sonora que esperamos ver oír en un desfile de moda flamenca, pero en ese momento, mientras cosía en el taller, fue toda una revelación. “Como yo te quiero” eso decía la canción y eso era justo lo que estaba haciendo con la colección. Los diseños que había dibujado y a los que ahora me encontraba dando forma expresaban eso mismo; como yo quiero la moda flamenca, como yo quiero que sean mis flamencas, como yo me siento vestía de flamenca.




El tiempo pasa volando y más aún cuando estás haciendo lo que te gusta y sin darme cuenta llegó el momento de que “Como yo te quiero” viera la luz. Una mañana de nervios, de carreras, pendiente a los detalles para que nada quedara al azar, pero a la vez tremendamente ilusionada. Nunca antes había participado en un certamen de estas características y las sensaciones que produce son difíciles de describir. Obviamente, cuando alguien se presenta a un concurso siempre valora con ilusión la posibilidad de ganar e invierte energías en ello que, en la mayoría de los casos, le impiden disfrutar de lo verdaderamente importante como es ver el trabajo realiza, todo el recorrido hecho. Porque casi siempre lo importante del viaje no es la meta, sino el camino y eso era lo que había que disfrutar.








Vestidas las modelos y todo preparado, “Como yo te quiero” se hace realidad. En la pasarela de “Holea y Olé” aparecen flamencas con aires añejos, cortes vintage e infalibles lunares. Aparece una flamenca que bebe de la tradición, pero que sabe resurgir cada primavera con formas renovadas. Los tejidos clásicos como el popelín se mezclan con tejidos con brillo como el raso o fluidos como las gasas. Las nesgas abiertas, los vuelos amplios y los volantes de capa son, para mí, esenciales en la moda flamenca, la de antes y la de ahora. “Como yo te quiero” puso en la pasarela a una flamenca que siente lo que lleva puesto y que se divierte vestida de flamenca. Una flamenca que sabe renovar sus formas, por ejemplo; en mangas y complementos, sin perder la esencia. Colores vivos y lunares, muchos lunares, ya sean negros o de color, eran indispensables para mí.




Ha sido una enorme satisfacción y la mejor recompensa al esfuerzo que esto supone que, “Como yo te quiero”, la primera colección que ofrezco a un público que cada vez es más exigente y mi primera incursión en el difícil mundo de la moda flamenca, tuviera tan buena aceptación y tan buenas críticas de quienes la vieron.  Esto tenía lugar el pasado mes de febrero y aún hoy me sigue reportando alegrías. No puedo finalizar esta crónica de un sueño sin acordarme de todas aquellas mujeres que han confiado en mis propuestas, en mis ideas y en mis manos para disfrutar del traje regional más bonito que existe, de una prenda tan maravillosa que con solo vestirla nos hace vivir momentos inolvidables. Gracias de todo corazón porque gracias a vosotras nació “Como yo te quiero”.