domingo, 31 de enero de 2016

¡ Ay, qué flamenco mi zapatero!

Sí, lo confieso, hay dos cosas que me apasionan, una ya la veis y la otra son los zapatos. Si además éstos son planos, caigo rendida a mis pies. Es que mi debilidad por un zapato es directamente proporcional a la escasez de tacón. Soy de las que piensan que un zapato plano es elegante, que puedo ir perfectamente arreglada con una bailarina. Pero no voy a exponer aquí mis gustos en cuestión de calzados, simplemente opinaré sobre qué zapatos me parecen más adecuados a la hora de vestirnos de flamenca.



Foto: Manolo Blahnik.

Es fácil decantarse por el traje de flamenca y los complementos que queremos lucir en cada ocasión. El dilema aparece cuando hay que vestir nuestros pies. Para ésto tratamos habitualmente de aunar comodidad y decoro, es decir, que nuestros zapatos vayan bien con nuestro vestido y con el sitio donde nos vamos a desenvolver. Puede parecer un detalle perceptible, pero que hay que cuidar para no deslucir nuestro look.
Tal vez no soy la persona más indicada para dar consejos acerca de esta maravillosa prenda, puesto que reconozco que tengo un gusto muy particular a la hora de elegir con qué piso la calle. Hay quién se atreve a decir que mis zapatos son ordinarios. Yo pienso que se quedan cortos, porque mis zapatos son extraordinarios.


Foto: Pretty Ballerinas.

En cuanto a zapatos y trajes de flamenca, seguramente habrá expertos en moda y gente de a pie que coincidan con mis preferencias. A otros les parecerá desacertada, kitsch y hasta hortera, pero como es mi blog pongo lo que pienso, ¡ea!.
Para empezar no es lo mismo ir a la feria que a una romería. De igual modo que hay trajes para lucir por el real y trajes para caminos, también el calzado es distinto. Por lo tanto, hay que descartar los botos camperos, si lo que vas a pisar no es arena sino albero.
Es habitual recurrir a las típicas cuñas de esparto, no son una mala opción respecto a comodidad, pero se me ocurren otras mejores.
Lo de las bailarinas más viejas de tu armario está bien a cierta edad, cuando el mayor interés de la feria reside en la calle del Infierno.
El zapato con plataforma y el Peep toe (zapato de punta abierta) se han ido ganando un hueco en las estanterías. No soy partidaria de plataformas en ninguna de sus posibilidades, aunque pueden estar bien para salir en otras ocasiones, no lo veo acertado cuando vas vestida de flamenca. No me parecen estéticas en el pie y tampoco facilitan el andar. Bueno, puede que saber andar o no en tacones sea cuestión aparte (afortunadamente hay maravillosos zapatos planos para elegir).
Otra opción a valorar son las sandalias, que son ademas un producto de temporada, por así decirlo. Pues bien, aunque hay sandalias joya que son casi monumentos y sandalias con todo tipo de características, creo que podemos decantarnos por ellas si nuestro vestido de flamenca nos lo pone fácil. En mi opinión este tipo de calzado iría bien con vestidos que terminan a media pierna, nos permiten ensañar tobillos y por supuesto sandalias.

Para finalizar, si vas a la feria a lo que hay que ir, es decir; a disfrutar con los amigos de los días de primavera que en nuestra ciudad  son una auténtica gozada, creo que la mejor opción y con lo que siempre aciertas es calzándote unos estupendos zapatos de salón en un color que le vaya bien a tu vestido (la altura ya es decisión personal).
A partir de ahí canta, baila, ríe y pisa fuerte, la feria es tuya.


 Foto: Manolo Blahnik.

     


domingo, 17 de enero de 2016

La Flamenca ye-yé visita "We Love Flamenco 16".

Aurora Gaviño. 

Con "Cachitos de mí" Aurora Gaviño consolida su estilo.

Comenzar nuestra visita a la IV edición de We Love Flamenco asistiendo al desfile de quien es todo un referente de la moda flamenca es un honor. Por ese motivo tenemos que agradecer de antemano su consideración, amabilidad y cercanía a la hora de atendernos.

Entrando de lleno en cuestión, debemos destacar la sensibilidad y ternura que la diseñadora sevillana ha puesto en cada diseño. Esta colección está impregnada del espíritu de la diseñadora. Por éso cada traje tiene un "cachito" de ella. Y cierto que era así, pues en cada uno de ellos había un detalle que lo simbolizaba.

  

La propuesta de Aurora Gaviño para esta temporada mantiene esa mezcla bien determinada que ya pudimos ver en "Amalgama". Conserva esa línea hippie y romántica que marca claramente su estilo, a lo que sabe añadir con equilibrio un aire juvenil y desenfadado. mostró una colección en la que siguen muy presentes los trajes canasteros, de telas fluidas, con subidas en las faldas que son tan característicos en ella.También presta especial atención a los tradicionales volantes de capa. Cabe destacar la incorporación de volantes de pañuelo que junto a la combinación de tejidos y distintas aplicaciones en los cuerpos consigue darle ese toque hippie con gran acierto.Cobran gran protagonismo las mangas que aparecen muy elaboradas y cuidadas. Son el complemento ideal para los detalle que incorpora en los hombros. Los mantoncillos se sustituyen por llamativos pañuelos de gasa.



Respecto a las tonalidades predominantes vimos rojos y verdes, muy comunes en la diseñadora, aunque encontramos también blancos y azules. Los tonos beiges se mezclan con tonos grisáceos que conjugados en blusas y vestidos se adornan sutilmente con delicados encajes de valencie. De este modo consigue crear un look de inspiración romántica. Podríamos añadir que  el momento álgido del desfile lo contemplamos con el maravilloso traje de novia con el que puso el broche y que destacaba por su fina sencillez rota por la ampulosidad de las mangas, una auténtica maravilla.



Rocío Peralta. 

               Su colección "Del Oeste hacia el Sur" destaca por la sencillez de sus diseños y por su vistosa puesta en escena.

Nuestra primera jornada en We Love Flamenco 2016 fue intensa. La tarde seguía con el desfile de la sevillana Rocío Peralta, cuya tienda encontramos en la calle Muñoz Olivé y donde es habitual verla moldear y retocar sus diseños. Acudíamos con gran interés y expectación a este desfile debido al éxito obtenido en temporadas anteriores y en cierta manera no defraudó al público, aunque en todo momento primó la forma sobre el contenido.
Los asistentes pudimos ver una curiosa puesta en escena en la que trasladaba a las flamencas al lejano oeste. Este atrezzo servía a la diseñadora para dividir su colección en dos partes. En la primera encontraríamos a unas flamencas convertidas en vaqueros, mientras que en la segunda aparecerían como antagonistas, convertidas en indios.



En primer lugar la diseñadora mostró una línea flamenca de lo más tradicional con trajes sencillos en los que predominaban los colores rojo y blanco en los fondos, y el blanco y el negro en los lunares.
La segunda parte del desfile supuso una ruptura con lo anteriormente mostrado. La diseñadora optó aquí por los estampados florales que son tendencia esta temporada tanto para los vestidos como para los escasos mantoncillos. Todos ellos estampados de colores vivos sobre fondos fucsias, verdes y turquesas en su mayoría.
En cuanto a los tejidos se decantó en todo momento por telas con caída, tejidos suaves y ligeros para crear canasteros con talles más altos y vestidos enterizos de volantes bajos llenos de movimientos.



Lola Azahares. 

En "Diosas Flamencas" cada detalle cuenta, cada mimo, un retoque aquí, otro allá hasta lograr hacer el traje para ti.

Una casa de moda flamenca con más de cuarenta años de experiencia, un escaparate habitual de la calle Cuna que nos muestra las tendencias entre volantes cada año. Lola Azahares promete seguir regalando detalles durante mucho tiempo porque toma el relevo con energía una nueva generación, María, de quién sólo podemos decir que tiene un encanto especial para tratar al público y que derrocha energía y entusiasmo a la hora de trabajar. Y se notan ese entusiasmo, esa energía y esas ganas de mostrar su forma de sentir la moda flamenca. Lo vimos plasmado en una extensa colección que no dejó indiferente a los que tuvimos el placer de asistir. 

En "Diosas Flamencas" encontramos un traje para cada exigencia, para cada momento y podemos añadir que todos y cada uno de los diseños son perfectamente versátiles a la mujer real. Vimos una extensa colección en la que se daban cortes canasteros a la par que volantes de capa o fruncidos, tratados con delicadeza y cuidando los detalles con tradicionales adornos que aportan ese sabor clásico a los diseños.Se mezclaban tejidos, colores y estampados. Si bien la diseñadora apuesta por lo tradicional en el traje de flamenca como son los lunares, también se deja llevar por atrevidos estampados liberty y paisley que seguro serán habituales de esta temporada. Apuesta también Lola Azahares por dar protagonismo a la espalda que suele mostrarse a través de cortes pronunciados y que aportan sensualidad a la mujer que viste el traje. Cuida también las mangas, donde propone transparencias de encaje o plumeti que van en consonancia con los flecos que adornan los hombros y escotes y que dan movimiento a la figura de una seductora flamenca.

     




lunes, 11 de enero de 2016

Al filo del volante.

Cuando pensamos en hacernos un traje de flamenca buscamos entre una infinita gama de telas de  tradicionales lunares, con nuevos estampados, florales o lisas. Elegimos la tela que más nos gusta, nos favorece o que sea de temporada.
Una vez elegida la tela con la que daremos forma a nuestro traje, elegiremos cuidadosamente los elementos que nos ayudarán a completar el look como la flor, los pendientes, el mantoncillo y cómo no, el adorno que le pondremos a los volantes. Y es que para mí éste es un complemento más. Lo considero indispensable porque forma parte de la esencia del traje mismo y algo a lo que hay que prestar la atención que merece. De él dependerá que realcemos, demos alegría y distinción a nuestro vestido. Creo también que, atendiendo a las preferencias de cada una, sea cual sea el adorno que queramos no debe faltar en nuestro traje. Desde mi punto de vista es casi una cuestión de equilibrio, no debemos caer en el exceso ni en el defecto (un traje sin adorno es un traje sin terminar, salvo contadas excepciones).

Cada temporada aparecen nuevos detalles o bien se reinventan elementos tradicionales con los que adornar nuestros trajes. En mi opinión éstos pueden ser una buena opción a tener en cuenta para ir acorde con las tendencias predominantes. Pero yo apuesto por los detalles clásicos al filo del volante, encajes y tiras bordadas. Creo que la elección de bolillos o tiras bordadas es siempre un acierto. Dan a nuestro vestido un toque infalible de elegancia a prueba de modas. Además contamos con una gran amplitud de modelos y tamaños que pueden ajustarse perfectamente al diseño que hemos escogido.



En los últimos años hemos podido ver cómo los adornos en todas sus variedades cobraban protagonismo. Los trajes de flamenca, sobre todo en los canasteros,  se llenaban de encajes, madroños, pasacintas y terciopelos, entre otros. Éstos suelen dar un cierto aire renovado y vintage a la vez y en otras ocasiones, dependiendo de la combinación de tejidos logramos un cierto aire hippie. Esta tendencia a la profusión de adornos continúa teniendo vigencia. Prestaremos atención a las propuestas de los grandes diseñadores, aunque finalmente la sencillez o el recargamiento, el clasicismo o la innovación son al final una decisión personal de cada una de nosotras.